Hemos llegada a una etapa en nuestra vida en la que los grandes enigmas de la humanidad van hayando su respuesta. Siempre hay un motivo para todo (y cientos de motivos para todo lo contrario).
Esta semana hemos podido descubrir esos cientos de motivos que nos impiden ser
monjas de clausura.
En primer lugar hay que obviar nuestra belleza sin parangón y los arrebatos de fulanillas que de vez en cuando a todas nos entran. Esto nos impide portar diariamente un atuendo XXL de la amplia gama que va del marrón al azul marino, unas medias color carne (en el mejor de los casos) y un tocado fastuoso sujeto, no sabemos porqué, por dos alfiles.
Dejando a un lado estas banalidades, y según un estudio publicado por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación nunca seremos monjas porque aunque somos un grupo dietéticamente ordenado (dieta Primavera Sound, dieta Summercase, dieta... suponen 3 kilos menos por festival), nunca llevaremos un modo de vida ordenado y reglamentado (la misma dieta lo dice) y nunca, bajo ningún concepto, seremos capaces de tomar dos cervezas sin alcohol al día durante 45 días.
Amén